Estas tres características fundamentales son: el anonimato, la oralidad, y la multiplicidad de variantes.
Son anónimos porque no existe un sólo autor en un texto folclórico, sino que todos lo que narran ese texto se convierten en autores.
Estas historias han de ser transmitidas oralmente, de boca en boca. Los cuentos folclóricos que conocemos son recopilaciones de historias muy antiguas que adaptaron diferentes personas después de haber sido transmitidas durante mucho tiempo.
La última característica es debido a la transmisión vertical, transmisión de generación en generación; pero también de la transmisión horizontal, éstas se producen en un espacio de tiempo corto.
Un dato muy importante es que estas historias no tienen por qué ser únicamente infantiles, y es que además en su gran mayoría no lo son.
Adaptación: EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO
Erase una vez un joven muchacho llamado Marco, tenía apenas
20 años. El joven era el pequeño de tres hermanos y provenía de una familia muy
humilde.
Marco se fue por primera vez a la guerra el día que cumplía
16 años, y cuatro años después volvió a casa. Al llegar no había nadie en casa,
por lo que decidió esperar un rato y así, cuando sus padres y hermanos llegaran
se llevarían una gran sorpresa. Pero pasaron las horas y no apareció nadie;
salió a preguntar por el pueblo por si alguien sabía algo, todos le miraron muy
apenados y le dijeron que no esperara más en casa.
Lo único que le quedaba al joven muchacho era buscarse la
vida por sí mismo. Así que con la pena arrastras, decidió irse de casa para empezar a vivir una nueva vida sin su familia. Anduvo durante días, descansando de vez en cuando, y ya un día llegó a un lugar que parecía mágico: de la nada apareció una cascada y debajo de ella un paraiso de naturaleza. Marco se puso contentísimo y bajo donde las plantas acolchadas a descansar un poco. Cuando despertó dio una vuelta por allí, pero de repende apareció una dama con la piel muy clara pero una mirada muy oscura.
La dama le preguntó a Maco si necesitaba ayuda, y el joven le contestó rápidamente que sí. El joven le contó todo lo que le había sucedido, y la dama le contestó que su decisión de comenzar una nueva vida era la mejor opción, solo que Marco no tenía ni trabajo, ni casa, ni nada; pero la dama le afirmó que ella le ayudaría con sus problemas. El joven le agradeció todo muchísimo, pero quería saber también cuál era la trampa entre tanta generosidad. La dama sonrió, y comenzó diciéndole: "Yo te haré el hombre más rico del mundo con unas condiciones, deberás vestir este abrigo de piel de oso durante siete años; también durante este período no podrás ni lavarte, ni cortarte las uñas... Sólo dejar que la naturaleza siga su curso con tu cuerpo. Para comprobar que no miento, mete la mano en el bolsillo del abrigo...". Nada mas sacar la mano, Marco tenía montones de monedas en ella. La dama no mentía. Pero antes de que todo acabara, la dama le dijo a Marco que si no cumplía las reglas pactadas, el joven se convertiría en su esclavo para siempre.
Marco pensó que no tenía nada que perder y que si así podría tener dinero, lo haría encantado. El joven y la dama sellaron el trato, y en siete años se volverían a ver las caras.
Una vez
que la dama se marchó, el joven comenzó su andadura. Durante los primeros días
se dedicó a la buena vida, a tener comida, a dormir en camas lujosas, a beber,
etc. La gente veía como un hombre rico con mucho dinero para gastar. Pero
según iba pasando el tiempo, el aspecto y la falta de higiene hicieron que la
gente se alejara de él. Empezó a tener muchos problemas porque la gente no le
aceptaba y decidió cambiar de táctica. Se dedicó a ayudar a la gente que lo
necesitaba, les daba dinero pero a cambio les pedía que comprara comida.
Una noche encontró cobijo detrás de un pajar, al rato de
acomodarse oyó un llanto, al asomarse por una rendija vio a un hombre mayor,
estaba llorando muy bajito. Marco se acercó a él y le preguntó qué era lo que
le pasaba; el hombre, secándose las lágrimas le contestó que había pedido un
préstamo que ahora le reclamaban y no tenía el dinero listo para pagar al
banco, y que éste le había amenazado con quitarle la casa si no pagaba en diez
días. El hombre continuó diciéndole al joven que tenía tres hijas que aún no
estaban casadas, por lo que se irían los cuatro a la calle. El joven Marco
metió la mano en su bolsillo y le sacó un gran montón de monedas; el hombre se
extrañó al ver las pintas que tenía y la cantidad de dinero que poseía, pero
aún así el señor lo aceptó y le dio un gran abrazo, le invitó a su casa a cenar
y a pasar la noche para que durmiera cómodo.
Cuando llegaron a la casa, se encontró con dos de las hijas,
eran muy bellas pero a la vez un poco tontas. Como buenas hijas, prepararon la habitación
para su huésped, no sin antes discutir con su padre por dejar entrar a un
hombre con esos trapos. El padre les contó a las hijas lo que había sucedido y
les pidió que fueran buenas personas con él, pero las dos hermanas mayores no
le hicieron caso y no paraban de reírse de el pobre Marco; en cambio, la
pequeña, llamada Sofía supo comportarse como el padre pedía, incluso se quedaba
embobada mirándole a los ojos.
Durante los días que Marco estuvo allí, los dos jóvenes se
conocieron y él no hacía más que decirle a Sofía que en cuanto pasaran tres
años las cosas cambiarían entre ellos, pero no le podía contar más que eso,
sólo le pidió que si en tres años él no estaba de vuelta, sería libre para
hacer lo que quisiera.
Cuando Marco se fue para seguir con su camino, Sofía le dijo
a su padre que ella deseaba casarse con Marco; los dos se pusieron muy
contentos, pues los dos se habían enamorado.
El muchacho cogió uno de los anillos que llevaba encima y se
lo regaló a Sofía en modo de colgante, y lo mismo hizo con el suyo propio. Las últimas
palabras de Marco fueron: “Recuerda, sólo tres años. Lo prometo.” El joven
abrió la puerta de la casa, y continuó caminando y ayudando a la gente que lo
necesitaba.
Cuando pasaron los tres años que faltaban, Marco volvió al
lugar donde, hace siete años, había visto por primera vez a aquella dama. Ésta
se extrañó tanto verle vivo… la dama enfadada le dijo que él había ganado, que
tendría todo lo que le había prometido, pero que nunca más volviera por aquí,
porque si no se quedaría atrapado para siempre. Marco se lo prometió, él no
tenía ninguna gana de volver a pasar por eso, pero antes de que la dama se
fuera le devolvió su aspecto normal. Marco feliz salió corriendo a casa de
Sofía, y sin decirle nada entró, invitado por el padre, a la casa a cenar. Ahora
las hermanas mayores le hablaban, le sonreían… pero Marco sólo miraba a Sofía.
Cuando la joven se levantó para recoger la mesa, Marco le
dejo su anillo en el plato de la joven, cuando ésta volvió rápidamente levanto
la vista, miró a Marco a los ojos y se abalanzó sobre él en un enorme abrazo.
Las hermanas se morían de envidia y celos, pero los dos
jóvenes salieron corriendo de la casa para poder comenzar una vida juntos y
vivir felices.
ADAPTACIÓN
Me he basado en la edad de niños de 8-10 años para modificar algunas partes del texto.
A la hora de modificar algunos aspectos del texto me he fijado en la edad, por ejemplo el vocabulario, si fueran niños más pequeños pondría diálogos y menos texto, pero al tratarse de los mayores de primaria pienso que está adecuado perfectamente, pero sin dejar de lado el contenido del texto original.
He corregido el tema de los nombres, ya que es verdad, como mis compañeros me han dicho, que para los niños es más fácil continuar la historia si tienen nombre los personajes. El hombre de la piel de oso, Marco, sigue haciendo lo mismo durante el cuento, algunas cosas cambian pero el desarrollo y el final es el mismo, sólo que ha desaparecido el demonio por una dama con mirada tenebrosa, por lo que ya interpretan que no es buena del todo.
A la hora de modificar algunos aspectos del texto me he fijado en la edad, por ejemplo el vocabulario, si fueran niños más pequeños pondría diálogos y menos texto, pero al tratarse de los mayores de primaria pienso que está adecuado perfectamente, pero sin dejar de lado el contenido del texto original.
He corregido el tema de los nombres, ya que es verdad, como mis compañeros me han dicho, que para los niños es más fácil continuar la historia si tienen nombre los personajes. El hombre de la piel de oso, Marco, sigue haciendo lo mismo durante el cuento, algunas cosas cambian pero el desarrollo y el final es el mismo, sólo que ha desaparecido el demonio por una dama con mirada tenebrosa, por lo que ya interpretan que no es buena del todo.
Bueno... mucho mejor...
ResponderEliminarEl cuento está bastante bien y el estilo mantiene la magia de los relatos folclóricos. Solo hay un aspecto que no cuadra del todo: ¿qué gana exactamente la dama si Marco hubiese perdido? El demonio tendría su alma pero no le veo mucho sentido al trato de la dama.
Siendo un relato para niños, las relaciones entre causa y consecuencia deben ser evidentes. Si modificas ese aspecto, la adaptación estará genial.
La parte de la explicación de los cambios está muy incompleta. No argumentas ni justificas ni ejemplificas nada de lo que dices. Puedes mejorarla también para que tu actividad sea perfecta.